Wednesday, August 29, 2012

Blog 1- 8/29/2012


“Walter Lee can be rescued from the monetary  crisis he has brought upon the family; all he has to do is admit that he’s not the equal of the white residents who don’t want him moving in, that his pride and self-respect, his identity can be bought. If that’s not selling your soul, then what is?”  (Thomas Foster, How to Read Literature Like a Professor, 2003).
En ese artículo, el autor Thomas Foster intenta ayudarnos ver un cuento con mas profundidad. Aunque muchas personas puedan ver el cuento de un hombre étnico en una sociedad partidario, Señor Foster vea una conexión con el diablo mismo.  El explica que si el hombre venda a su casa y sale del barrio, es como esta dandose por vencido, casi como no cree en si mismo, y eso, como venda a su alma.

Capaz, si yo había leído el cuento en su totalidad, sería más fácil entender la vista del autor. No obstante, lo veo de otro punto de vista casi completamente. Como lo miro yo, sería difícil vender el alma por un acto que proteja a la familia.

 Vamos a suponer que el alma y la identidad son lo mismo, en beneficio del argumento. Es decir, que Dios se ofenderá si dañamos a nuestra idendiad, al grado de que es como dañamos a nuestra alma. No me parece bien, pero pongámoslo por caso. Entonces, ¿que será de la familia de este hombre si se queda en ese barrio? ¿Tendrán comida para sus hijos? ¿Plata para pagar la renta? Para mi, si el hombre no se va de una casa demasiado caro para pagar, y no utiliza las oportunidades que la vida trae para ayudar a su familia, igual ha cambiado su identidad. Ha definido un poquito más su carácter. ¿Es una identidad mejor que otro? ¿Sería peor aprovecharse de la oportunidad de salir de una crisis financiera personal, en vez de fingir que todo está bien y sufrir las consecuencias? Capaz. Pero seguramente hay cosas peores que merecen el titulo, “vender el alma”.

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