**Sé que ya hemos hablado de ese poema,
pero hablo de algo personal, y no tenia las fotos antes. Quería hacerlo bien si
lo hiciera. MECIENDO
El mar sus millares de olas
mece, divino.
Oyendo a los mares amantes,
mezo a mi niño.
El viento errabundo en la noche
mece los trigos.
Oyendo a los vientos amantes,
mezo a mi niño.
Dios Padre sus miles de mundos
mece sin ruido.
Sintiendo su mano en la sombra
mezo a mi niño.
En el momento que leí “meciendo”, tuve
ganas de escribir un blog acerca del poema. El tono del poema parece provenir de
una madre, que esta meciendo a su niño mientras que el mar y el viento hacen
ruido en el fondo. Aunque el mar es un símbolo de tranquilidad para muchas
personas, es lo opuesto para mí.
Serví una misión para La Iglesia de Jesucristo
de los Santos de los Últimos Días en la ciudad de Constitución, Chile. En
febrero del año 2010, un terremoto de 8.8 devastó la ciudad cercana de
Concepción. En Constitución, un tsunami causado por el terremoto se llevó la
mitad de la ciudad, con mucha gente, casas, y personas que yo amaba. La mayoría
de las personas huyeron hacia los cerros y se salvaron, pero muchos perdieron
todo lo que tenían. Mucho tiempo después del terremoto, nadie se atrevió
acercarse al mar. El dicho “vienen las olas” significaba que había posibilidad
de otro tsunami, y eso daba miedo.
Antes:
Despues:
Pienso que la autora Gabriela Mistral
tampoco cree que el mar sea tan inocente. El hecho de que pone la palabra
amante en “mares amantes” y “vientos amantes” para mi significa que hay mares y
vientos que no son tan amorosos. Gabriela era de chile, y a lo mejor estaba acostumbrada
a terremotos también. Pero creo que la analogía va más allá del miedo por un
mar literal. Ambos el viento y el mar son imprevisibles y violentos de repente.
Creo que el mar y el viento son símbolos para la vida, que a veces es
imprevisible también. Ella usa la palabra errabundo para describir el viento, y
habla de “millares de olas” en el mar. A veces, me siento errabundo y muy
pequeña en un mundo tan grande que contiene tanta aflicción, como una ola entre
millones. Pero a veces, tengo que ir cerca del mar, aunque tenga miedo. En esos
momentos, me importa bastante saber que hay un Dios que mece cada uno de las personas
en los miles de mundos. Confío en la mano de Dios, que sale de la sombra y
llega justo en el momento que más necesito protección. En un sentido, mecer es
un símbolo de fe que nos da ánimo para seguir adelante a pesar de las cosas
horribles en el mundo que nos rodean todos los días.
Criada: (llevando el canto.) Tin, tin, tan. Tin,
tin, tan. ¡Dios lo haya perdonado!
Mendiga: (con una niña.) ¡Alabado sea Dios!
Criada: Tin, tin, tan. ¡Que nos espere muchos años!
Tin, tin, tan.
Mendiga: (fuerte y con cierta irritación.) ¡Alabado
sea Dios!
Criada: (Irritada.) ¡Por siempre!
Mendiga: Vengo por las sobras.
(Cesan las campanas.)
Criada: Por la puerta se va a la calle. Las sobras
de hoy son para mí.
Mendiga: Mujer, tú tienes quein te gane. ¡Mi niña y
yo estamos solas!
Criada: También están solos los perros y viven.
Mendiga: Siempre me las dan.
Criada: Fuera de aquí. ¿Quién os dijo que entraseis?
Ya me habéis dejado los pies señalados. (Se van. Limpia.)
En el Acto Primero de La casa de Bernarda Alba, conocemos
primeramente los trabajadores de la casa. La Poncia y la Criada se quejan de la
“tirana” de la dueña de la casa. Mientras la Poncia come comida robado de la
casa, la Criada pida de ella un poquito comida por su niña. La Poncia le
aconseja que entre y tome para su mismo de algunos garbanzos. Ella ni puede
responder, por una voz que le interrumpe, pero creo que ella no quiere llevarse
comida de la Berdarda sin permiso porque la tiene miedo. La Poncia la deja sola y sin comida.
Me llamo la atención la similitud de esa situación con
el próximo pasaje. Viene una mendiga con su niña que también falta de comer. Antes
de que ella llega, las campanas empiezan a sonar. Ella hace el ruido “tin, tin,
tan” 4 veces, como imitarlas. Imagino ella con una voz llena de burla, porque no
creo que está hablando en serio cuando dice que “Dios lo haya perdonado” a
nadie en particular, o “Que nos espere muchos años”. No creo que ella
busca vivir muchos años más en la misma situación, ni tampoco que confíe mucho
en Dios para adorarle sinceramente. La veo limpiando aun, tal vez en el suelo, y por eso la mendiga tiene
que repetir “alabado sea Dios” 2 veces antes de que realmente la criada le de
su atención.
Cuando la mendiga pida directamente por las sobras,
las campanas cesan. Creo que eso es un símbolo de la realidad. Antes, cada cosa
que la Criada dijo era llena de sarcasmo, pero ahora, la mendiga la invito a
hablar en serio. El silencio enfatiza el momento que ella tiene para pensar en
lo que quiere hacer, aun si no se da cuenta de esa decisión. Ella no es tan
diferente de la mendiga. También, no tiene mucha comida, y también tiene una
niña para sostener. Justo antes, estaba criticando la dueña de la casa por no
tener más compasión con las personas menores de estado. Los espectadores se
preguntan, ¿Qué hará la criada? ¿Mostrara compasión como ella espera de los
demás, o será igual a la Berdarda?
Hay muchos momentos que parecen muy largos a nosotros,
aunque no son:
Aunque el momento de decision por la Criada no en realidad es tan largo, para nosotros los
espectadores, se parece así por la falta de ruido. La respuesta de la criada viene
como plomo, rápido y decisivo, que no hay de comida para compartir. La Mendiga discuta,
pero la Criada no le da caso y la despida. Cuando la Criada habla esa vez, no hay
campanas sonando en el fondo. Vemos la Criada como es de verdad, sin la compasion que ella pida. El tono de las campanas no solamente es un símbolo que está hablando la verdad, pero que vemos su carácter de verdad.
En una poesía escrito por el autor
Pablo Neruda, él describa con casi una admiración divina el tomate, y el lugar
que posea en la vida chilena. Como vive en Chile por un año y medio en casi el
mismo lugar donde Pablo nació, les puedo prometer que los tomates son tan
increíbles. En serio. Los encuentran en cada lugar: en cada negocio de la
esquina, en cada mesa, en las bolsas de cada abuelita que camina por la
callecita. Los comía y comía y jamás me cansaba de comerlos.
No obstante, él describa
más que el amor por los tomates. Primeramente, para mí describa a Chile de
verano. Él utiliza líneas muy cortas, muchas veces con una o dos palabras por
línea. Por eso, tiene que leerla muy lentito, y “se sienta reposado” al leerlo.
El almuerzo, llena del tomate, tampoco se puede apurar. Cuando se pasa a
almorzar, nada mas en el mundo le importa, sino obligar a su estomago a caber
toda la comida que sea posible. El ritmo lento del almuerzo y la poesía nos
ayuda disfrutar aun más de la comida física y mental. También, cuando va para comprar
el tomate, va por la feria. Pablo usa palabras vibrantes para expresar ánimo. Allí
en el calor despacio, todos
están charlando, hay colores vibrantes en cada barraca, y cosas para oler. El ritmo y uso de
palabras en la poesía corresponde perfectamente con el ambiente del verano.
Por medio de sus palabras
descriptivas, Pablo nos ayuda sentir ese amor profundo que él tiene por el
tomate por nosotros mismos. Casi podemos ver el jugo del tomate que “corre por
las calles”. Para describirlo aun más, usáramos la analogía de la navidad.
Puede ver reliquias de la navidad todo el ano. No obstante, cuando más se acerca
el mes de diciembre, se llena las calles de las decoraciones y casi se puede
sentir el ánimo en el aire. Esta en cada lugar, en cada tienda, es “profundo,
inagotable”. Creo que ese sentimiento es lo que Pablo describa con los tomates.
Thursday, September 6, 2012
Un Sueño
Imposible
En un poema escrito por el Gustavo Adolfo Bécquer,
titulado Rima XI, se habla de lo real y lo imposible. Al principio, parece como
hay tres voces, y cada uno nos está presentando. Cada voz intenta convencernos
que es lo mejor, y que debemos escogerla. Las primeras dos parecen buenísimas;
nos prometan placer, felicidad, y palabras ternuras. Pero el último nos dice que
es imposible, que no es real, y que no nos puede amar. Las primeras dos son
rechazados, pero el último, la aceptamos. No solamente la aceptamos, le pedimos
“¡Oh
Ven; ven tú!
¿Porque buscamos lo imposible? Al
principio, pensé en como a veces, las cosas buenas que tenemos no son
suficiente para nosotros. Me acordaba del Don Quijote que sale en una búsqueda
imposible, dejando atrás su vida de tranquilidad. Tenía una vida buena, pero no fue suficiente por él.
Don Quijote seguramente está confundido con la
diferencia entre la realidad y el imaginario. Eso se manifiesta cuando él
intenta combatir con molinos que él piensa son gigantes vivos. Pero al final del
libro, ganamos un respeto por su búsqueda. Él tenía ganas de cambiar el
mundo, y no estaba contenta con lo que había. ¿Era un sueno imposible? Capaz.
A lo mejor, solito no lo podía lograr. Pero igual al poema, el escogió lo
imposible. Al ver el poema de nuevo, parece la mejor decisión. Las primas
dos voces están lleno de promesas vacios y tal vez falsos. Nada en la vida viene gratis,
y es imposible garantizar la felicidad. Por lo menos, la ultima voz es honesta.
Creo que a veces es mejor luchar por lo imposible, en vez de aceptar un camino fácil que
tal vez sea farsante.