Wednesday, September 26, 2012

Constitución


**Sé que ya hemos hablado de ese poema, pero hablo de algo personal, y no tenia las fotos antes. Quería hacerlo bien si lo hiciera.

MECIENDO

El mar sus millares de olas
mece, divino.
Oyendo a los mares amantes,
mezo a mi niño.
El viento errabundo en la noche
mece los trigos.
Oyendo a los vientos amantes,
mezo a mi niño.
Dios Padre sus miles de mundos
mece sin ruido.
Sintiendo su mano en la sombra
mezo a mi niño.



En el momento que leí “meciendo”, tuve ganas de escribir un blog acerca del poema. El tono del poema parece provenir de una madre, que esta meciendo a su niño mientras que el mar y el viento hacen ruido en el fondo. Aunque el mar es un símbolo de tranquilidad para muchas personas, es lo opuesto para mí.

Serví una misión para La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en la ciudad de Constitución, Chile. En febrero del año 2010, un terremoto de 8.8 devastó la ciudad cercana de Concepción. En Constitución, un tsunami causado por el terremoto se llevó la mitad de la ciudad, con mucha gente, casas, y personas que yo amaba. La mayoría de las personas huyeron hacia los cerros y se salvaron, pero muchos perdieron todo lo que tenían. Mucho tiempo después del terremoto, nadie se atrevió acercarse al mar. El dicho “vienen las olas” significaba que había posibilidad de otro tsunami, y eso daba miedo.

Antes:


 
 
Despues:
 





 
Pienso que la autora Gabriela Mistral tampoco cree que el mar sea tan inocente. El hecho de que pone la palabra amante en “mares amantes” y “vientos amantes” para mi significa que hay mares y vientos que no son tan amorosos. Gabriela era de chile, y a lo mejor estaba acostumbrada a terremotos también. Pero creo que la analogía va más allá del miedo por un mar literal. Ambos el viento y el mar son imprevisibles y violentos de repente. Creo que el mar y el viento son símbolos para la vida, que a veces es imprevisible también. Ella usa la palabra errabundo para describir el viento, y habla de “millares de olas” en el mar. A veces, me siento errabundo y muy pequeña en un mundo tan grande que contiene tanta aflicción, como una ola entre millones. Pero a veces, tengo que ir cerca del mar, aunque tenga miedo. En esos momentos, me importa bastante saber que hay un Dios que mece cada uno de las personas en los miles de mundos. Confío en la mano de Dios, que sale de la sombra y llega justo en el momento que más necesito protección. En un sentido, mecer es un símbolo de fe que nos da ánimo para seguir adelante a pesar de las cosas horribles en el mundo que nos rodean todos los días.

Wednesday, September 19, 2012

Un Momento de Silencio



La Mendiga

(La Criada limpia. Suenan las campanas.)
Criada: (llevando el canto.) Tin, tin, tan. Tin, tin, tan. ¡Dios lo haya perdonado!
Mendiga: (con una niña.) ¡Alabado sea Dios!
Criada: Tin, tin, tan. ¡Que nos espere muchos años! Tin, tin, tan.
Mendiga: (fuerte y con cierta irritación.) ¡Alabado sea Dios!
Criada: (Irritada.) ¡Por siempre!
Mendiga: Vengo por las sobras.
(Cesan las campanas.)
Criada: Por la puerta se va a la calle. Las sobras de hoy son para mí.
Mendiga: Mujer, tú tienes quein te gane. ¡Mi niña y yo estamos solas!
Criada: También están solos los perros y viven.
Mendiga: Siempre me las dan.
Criada: Fuera de aquí. ¿Quién os dijo que entraseis? Ya me habéis dejado los pies señalados. (Se van. Limpia.)

En el Acto Primero de La casa de Bernarda Alba, conocemos primeramente los trabajadores de la casa. La Poncia y la Criada se quejan de la “tirana” de la dueña de la casa. Mientras la Poncia come comida robado de la casa, la Criada pida de ella un poquito comida por su niña. La Poncia le aconseja que entre y tome para su mismo de algunos garbanzos. Ella ni puede responder, por una voz que le interrumpe, pero creo que ella no quiere llevarse comida de la Berdarda sin permiso porque la tiene miedo. La Poncia la deja sola y sin comida.

Me llamo la atención la similitud de esa situación con el próximo pasaje. Viene una mendiga con su niña que también falta de comer. Antes de que ella llega, las campanas empiezan a sonar. Ella hace el ruido “tin, tin, tan” 4 veces, como imitarlas. Imagino ella con una voz llena de burla, porque no creo que está hablando en serio cuando dice que “Dios lo haya perdonado” a nadie en particular, o “Que nos espere muchos años”. No creo que ella busca vivir muchos años más en la misma situación, ni tampoco que confíe mucho en Dios para adorarle sinceramente. La veo limpiando aun, tal vez en el suelo, y por eso la mendiga tiene que repetir “alabado sea Dios” 2 veces antes de que realmente la criada le de su atención.

Cuando la mendiga pida directamente por las sobras, las campanas cesan. Creo que eso es un símbolo de la realidad. Antes, cada cosa que la Criada dijo era llena de sarcasmo, pero ahora, la mendiga la invito a hablar en serio. El silencio enfatiza el momento que ella tiene para pensar en lo que quiere hacer, aun si no se da cuenta de esa decisión. Ella no es tan diferente de la mendiga. También, no tiene mucha comida, y también tiene una niña para sostener. Justo antes, estaba criticando la dueña de la casa por no tener más compasión con las personas menores de estado. Los espectadores se preguntan, ¿Qué hará la criada? ¿Mostrara compasión como ella espera de los demás, o será igual a la Berdarda?

Hay muchos momentos que parecen muy largos a nosotros, aunque no son:


Aunque el momento de decision por la Criada no en realidad es tan largo, para nosotros los espectadores, se parece así por la falta de ruido. La respuesta de la criada viene como plomo, rápido y decisivo, que no hay de comida para compartir. La Mendiga discuta, pero la Criada no le da caso y la despida. Cuando la Criada habla esa vez, no hay campanas sonando en el fondo.  Vemos la Criada como es de verdad, sin la compasion que ella pida. El tono de las campanas no solamente es un símbolo que está hablando la verdad, pero que vemos su carácter de verdad.

Wednesday, September 12, 2012

El animo se SIENTA



En una poesía escrito por el autor Pablo Neruda, él describa con casi una admiración divina el tomate, y el lugar que posea en la vida chilena. Como vive en Chile por un año y medio en casi el mismo lugar donde Pablo nació, les puedo prometer que los tomates son tan increíbles. En serio. Los encuentran en cada lugar: en cada negocio de la esquina, en cada mesa, en las bolsas de cada abuelita que camina por la callecita. Los comía y comía y jamás me cansaba de comerlos.


No obstante, él describa más que el amor por los tomates. Primeramente, para mí describa a Chile de verano. Él utiliza líneas muy cortas, muchas veces con una o dos palabras por línea. Por eso, tiene que leerla muy lentito, y “se sienta reposado” al leerlo. El almuerzo, llena del tomate, tampoco se puede apurar. Cuando se pasa a almorzar, nada mas en el mundo le importa, sino obligar a su estomago a caber toda la comida que sea posible. El ritmo lento del almuerzo y la poesía nos ayuda disfrutar aun más de la comida física y mental. También, cuando va para comprar el tomate, va por la feria. Pablo usa palabras vibrantes para expresar ánimo. Allí en el calor despacio, todos están charlando, hay colores vibrantes en cada barraca, y cosas para oler. El ritmo y uso de palabras en la poesía corresponde perfectamente con el ambiente del verano.

Por medio de sus palabras descriptivas, Pablo nos ayuda sentir ese amor profundo que él tiene por el tomate por nosotros mismos. Casi podemos ver el jugo del tomate que “corre por las calles”. Para describirlo aun más, usáramos la analogía de la navidad. Puede ver reliquias de la navidad todo el ano. No obstante, cuando más se acerca el mes de diciembre, se llena las calles de las decoraciones y casi se puede sentir el ánimo en el aire. Esta en cada lugar, en cada tienda, es “profundo, inagotable”. Creo que ese sentimiento es lo que Pablo describa con los tomates.


Thursday, September 6, 2012


Un Sueño Imposible

En un poema escrito por el Gustavo Adolfo Bécquer, titulado Rima XI, se habla de lo real y lo imposible. Al principio, parece como hay tres voces, y cada uno nos está presentando. Cada voz intenta convencernos que es lo mejor, y que debemos escogerla. Las primeras dos parecen buenísimas; nos prometan placer, felicidad, y palabras ternuras. Pero el último nos dice que es imposible, que no es real, y que no nos puede amar. Las primeras dos son rechazados, pero el último, la aceptamos. No solamente la aceptamos, le pedimos “¡Oh Ven; ven tú!

¿Porque buscamos lo imposible? Al principio, pensé en como a veces, las cosas buenas que tenemos no son suficiente para nosotros. Me acordaba del Don Quijote que sale en una búsqueda imposible, dejando atrás su vida de tranquilidad. Tenía una vida buena, pero no fue suficiente por él.


Don Quijote seguramente está confundido con la diferencia entre la realidad y el imaginario. Eso se manifiesta cuando él intenta combatir con molinos que él piensa son gigantes vivos. Pero al final del libro, ganamos un respeto por su búsqueda. Él tenía ganas de cambiar el mundo, y no estaba contenta con lo que había. ¿Era un sueno imposible? Capaz. A lo mejor, solito no lo podía lograr. Pero igual al poema, el escogió lo imposible. Al ver el poema de nuevo, parece la mejor decisión. Las primas dos voces están lleno de promesas vacios y tal vez falsos. Nada en la vida viene gratis, y es imposible garantizar la felicidad. Por lo menos, la ultima voz es honesta. Creo que a veces es mejor luchar por lo imposible, en vez de aceptar un camino fácil que tal vez sea farsante.